Los británicos Mumford & Sons han publicado un nuevo disco con temas que no parecen suyos, en el que han dejado un poco en segundo plano su sonido folk y desvestido, subiendo el volumen de las guitarras y la batería. Además se atreven con pinitos en electrónica.
La crítica es casi unánime en que lo que quieren es hacer caja y convertirse en "llena estadios". Otros Coldplay más y muy poco originales.
El caso es que ellos defienden que estaban cansados de lo que hacían y han querido evolucionar.
Evidentemente se nota, y mucho, la producción del disco por parte de James Ford (miembro de Simian Mobile Disco, y productor de Arctic Monkeys) y Aarón Dessner guitarrista The National.
Para mí es un disco no muy innovador y algo comercial, pero muy agradable de escuchar y con una producción limpia e impecable.
A ver cómo se apañan en directo!
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