jueves, 26 de noviembre de 2015

Segundo asalto de CHVRCHES: Every Open Eye

Los escoceses Chvrches lo tenían bastante complicado tras un primer disco (The bones of what you believe) repleto de himnos (como The mother we share) que los amantes al Synth-pop han coreado durante un largo periodo.


Aquí tenéis una pequeña sesión organizada por NPR Music, la radio musical pública de USA (como nuestra Radio3), en la que repasan tres de los temas de su primer disco, dándoles un toque un poco más personal.


Son un grupo de POP electrónico, al que muchos declaran como revitalizadores del Synth-pop, estilo del que grupazos como Depeche Mode o los mismísimos The Smiths fueron precursores.

 Han estado trabajando 2 años en estudio para finalizar y bordar este nuevo disco, que supone un paso adelante y que se convierte casi de modo instantáneo en un disco que tiene de todo y que se deja oír una y otra vez.

 De todo el disco, que es notable, destaco el tema Clearest Blue.

Dejo también un video de este tema en su paso por el Pitchfork Music Festival de este año. Un grupo con tres componentes y que sólo tiene teclados y Samplers parece que no puede animar mucho al público, pero en este video se puede ver la fuerza que Lauren Mayberry es capaz de transmitir.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Maccabees los tapados

Los de Londres siempre han estado un poco tapados por sus contemporáneos ingleses como Artic Monkeys o Franz Ferdinanz, pero considero que son un grupo a tener muy en cuenta y a disfrutar.

Marks to prove it, es el cuarto trabajo de The Maccabees. Un potente disco de los londineneses que por fin parece que cala fuera de UK.
Desde el comienzo con la canción que da título al disco y que fue el single adelantado, despliegan la contundencia y fuerza de este disco que alcanza estados de frenesí, que a la postre es lo más alocado del disco. 
Kamakura es de esas canciones que contagian desde la primera escucha, un poco épica, pero su suavidad concluye en un resultado es bastante redondo.
Más calmada y rítmica es Ribbon Road, cuyos timbales rítmicos acompañan a  variaciones más controladas. Spit it out sube progresivamente volumen y revoluciones recordándome, no sé muy bien por qué, a la primera etapa de los mismísimos Radiohead. El final del tema es apoteósico y sería un tema perfecto para cerrar un concierto.
Tras un comienzo incisivo y determinante, Silence frena en seco a modo de pausa para disfrutar de esta canción tranquila, íntima y "mececunas".
En mi opinión, la segunda parte del disco no es tan excepcional, pero tiene temas muy buenos como Slow Sun, WW1 Portraits, que tiene una evidente influencia de Arcade Fire o la optimista Something Like Hapiness.
El disco cierra con la dulce Dawn Chorus, que tiene cierto regusto ochentero con las trompetas de fondo al final.

Un disco muy bueno que ya gusta desde las primeras veces que lo oyes y no se desgasta fácilmente.


Merece mucho la pena no sólo este disco, sino toda la discografía de la banda británica. Si no los conocías, te recomiendo que dediques un rato a oír sus cuatro discos, que son un regalo para los oídos.